Fallstudie
Supongamos además que este grupo trabaja una media de ocho (8) horas diarias, a las que se suma una hora (1) para la comida (8+1=9).
Sigamos suponiendo y restrinjamos la movilidad de los componentes del equipo, de modo que en un intervalo determinado, pongamos de 8h30 a 17h30, siempre tenga que estar al menos uno (1) sentado a su mesa por razones de fuerza mayor –por ser éste un ejemplo sacado de la manga, me voy al caso más sencillo, esto es, que siempre deba haber alguien disponible al teléfono, por si un cliente decide solicitar los servicios que prestan-.
De todo lo anterior deducimos, sin demasiadas complicaciones, que resultará necesario para estos compañeros organizarse a mediodía y diseñar un sistema, llamémoslo “turnos”, para que siempre haya uno que pueda atender las eventuales llamadas.
Imaginemos sin embargo que la anarquía reina en el equipo pero que, pese a todo, más o menos les va bien y se apañan. Esto implica un coste de información y coordinación diario y por tanto, que a eso de las 12h20 haya siempre alguien que pregunte cuándo tienen los demás pensado ir a comer ese día en concreto; tendremos a quien se va sin preguntar a nadie y sin mirar si alguien se queda al teléfono, y también a quien no le importa ir en cualquier momento y puede esperar sin objeciones hasta la tarde incluso para tomar su pausa de mediodía.
Comprendida la situación inicial, supongamos ahora que existen determinados períodos del año, a los que podemos denominar “vacacionales” para una mejor comprensión del caso, en que no todo el personal del equipo se encuentra presente en la oficina , pero sin que sufran por ello los clientes. Esto requerirá un coste extra en términos de organización, por la pérdida de flexibilidad a la hora de la comida, y supondrá a los miembros del equipo una aún mejor coordinación para no dejar nunca desatendidas las posibles llamadas.
Llegados a este punto, quisiera recordar a los sufridos lectores que el no dejar los teléfonos desatendidos entre las 8h30 y las 17h30 era una de las condiciones de partida del supuesto.
Tarea: en un ejercicio de imaginación, describir el castigo ejemplar que merecería un miembro del equipo que, viendo que
1. un compañero está de viaje de trabajo
2. otros dos ya se han levantado (hace 10 min.) e ido a comer
3. el que aún queda en su mesa tiene una reunión en 10 min. a la que debe asistir sin falta
le dice a éste último: - ¿Te vas en 10 min.? Bueno, yo también me voy, que tengo hambre. – (Y efectivamente se larga!!!)
Nota al esforzado alumno: se valorarán especialmente los detalles escabrosos de la tortura seleccionada.
Recordad, sufridos lectores, que el no dejar los teléfonos desatendidos entre las 8h30 y las 17h30 era una de las condiciones de partida del supuesto
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