Hirsekroketten
De tal suerte que hoy, más de dos semanas después, en nuestra nevera aún reposaba mi taco de tofu, como un alien aterrizado en una selva de verduras. Mi madre, tan innovadora con los productos tradicionales, nunca ha sido gran amiga de los elementos extraños que puedan aparecer por casa traídos por mí del mundo más o menos lejano. Ahí tienes tus comiditas, dice, a ver cuándo las desapareces antes de que caduquen, añade, moviendo curiosamente los dedos con un gesto que indica a las claras que no piensa tocarlas ni con pinzas.
Así que, abocada a cocinar de algún modo ese trozo de queso de soja insípido –sí, lo reconozco, ahí radica el arte de prepararlo de manera deliciosa-, me dispuse presta a buscar alguna receta interesante. La que más me convenció fue la de estas croquetas de mijo y tofu, que pongo a vuestra disposición con la generosidad que me caracteriza. Si lo pensáis bien, hoy es un gran día para hacerse vegetariano, jejejeje...
Necesitamos:
200 gramos de mijo.
100 gramos de tofu.
1 calabacín picado
Y esto es lo que hay que hacer:
Cocemos el mijo en un recipiente tapado durante media hora con agua y sal. A los veinte minutos de cocción agregamos los calabacines picados. Esperamos que hierva de nuevo y dejamos cocer a fuego lento diez minutos más. Cuando está cocinado se aplasta el mijo junto con los calabacines en un recipiente aparte, y después se añaden el tofu y se remueve hasta conseguir una masa espesa. Una vez fría la masa, hacemos las croquetas manualmente. Estas croquetas las introducimos en una sartén caliente y ligeramente engrasada con aceite de oliva, en la que se van friendo hasta que se doren.
Esta noche he preparado tan sólo la masa base; mañana espero pasar a la fase2 y dar forma a las croquetas. Pero de momento, un breve inciso: si a alguno de mis escasos pero fieles lectores se le cruza el cable y se atreve a llevar a la práctica la receta arriba indicada, tenga presente que la pinta del engrudo resultante no es de lo más apetecible. Eso sí, recordad que el aspecto desafortunado no implica que el sabor no sea de lujo. Se trata de una masa blanquecina con trazas verde claro (calabacín) y blanco roto (tofu), llegando ser además una cantidad considerable –a pesar de que las medidas están reducidas a la mitad respecto a la receta original, con total seguridad pensada para un regimiento entero-, de modo que me estoy planteando compartir el monstruo con familia y vecindario.
Si alguien quiere probar, pásese con tupper propio; se reparten croquetas gratis hasta fin de existencias.
Labels: vegetarisch